Antonio Olivares Torralba
Antonio Olivares Torralba nació en 1941 en el pueblo de Mariana, Cuenca, en el seno de una familia muy humilde. Su padre falleció cuando tenía nada más que 7 años de edad, por lo que empezó a trabajar desde niño en el campo, cuidando ganado. Pudo estudiar lo justo e hizo el servicio militar con los Regulares de Melilla.
Una vez licenciado, sacó unas oposiciones para Telefónica y pasó varios años trabajando entre Málaga y San Fernando, donde se casó con María Teresa Guerrero Botello. Tres hijos nacieron del matrimonio: Antonio, José Carlos y María Teresa, conocida por Maite.
Ya en Granada, el matrimonio se instaló en la Avenida de Cádiz y, posteriormente en Jardín de la Reina. Amante de los paseos, Antonio se daba diariamente caminatas que le llevaban hasta la Chana.
«Era muy sociable y familiar. Tenía muchos amigos. Una peculiaridad de su personalidad es que era una persona muy agradable y tenía la sonrisa permanente. Lo que más le gustaba era estar con su familia», recuerda su hijo José Carlos. «Entre sus platos favoritos, uno que le representa muy bien: las gachas. Es muy humilde, pero sabroso y con fundamento». Y entre sus celebraciones favoritas, la procesión de las turbas de Cuenca, el Jueves Santo.
