Caridad Gámez Peláez
Caridad Gámez Peláez nació en 1930 en Frailes, Jaén. La más pequeña de seis hermanas, fue una luchadora nata, toda vez que su padre murió cuando era muy niña. «Siempre ha sido un ejemplo para toda la familia», destaca su nieto Pablo, «el espejo en que me miraba todos los días».
Cuando se vino a Granada, Caridad se instaló en el Realejo, donde era popularmente conocida como Cari. Como la gran luchadora que era, se pasó toda su vida trabajando como gobernanta en la casa de algunas familias granadinas.
«Mi abuela era muy inteligente y tenía una mentalidad abierta, más abierta que la de mucha gente más joven que ella», señala Pablo. Se casó con José Bota Valero, tallista de profesión, vinculado al mundo de la Semana Santa. Caridad y Pablo tuvieron cuatro hijos, tres niñas y un niño.
A Caridad también le gustaba la Semana Santa, aunque no fuera tan devota como otros miembros de su familia. A su nieto lo llevaba de niño a ver las procesiones de Granada, aunque le guardaba un especial fervor al Cristo de los Favores de su barrio, el Realejo.
Así, una de las fiestas que Caridad y su familia celebraban con más cariño era la del Viernes Santo, cuando Caridad cocinaba un tradicional puchero y, después de comer, la familia iba a ver la procesión de los Favores.
La Navidad también era muy especial. «Mi abuela era una excelsa cocinera y celebrábamos la Navidad con toda ilusión, todos y cada uno de los días, desde el mismo 22 de diciembre hasta que pasaban los Reyes».
Una de sus hermanas era cocinera en París y Caridad, tanto por gusto como por profesión, estaba al tanto de las últimas tendencias culinarias. «Era algo superior», recuerda Pablo. «Por ejemplo, sus natillas de huevo con yema caramelizada, receta recogida por IDEAL en una publicación. Para mi abuela, sus dos grandes pasiones eran su familia y la cocina».
Y la ayuda a los demás. «Nunca tenía una mala palabra, siempre estaba contenta jovial y de buen humor», recuerda Pablo. «Siempre apoyó a sus vecinos y, cuando lo necesitaban, les hacía de comer o les limpiaba. Era más que una persona normal».
