María José Morales Anaya

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María José Morales Anaya

María José Morales Anaya nació en 1925 en la localidad de Campanillas, provincia de Málaga. Cursó los estudios básicos y, como tantas mujeres de su generación, fue ama de casa toda su vida.

Se casó a los 21 años con Manuel Meral Castillo, empleado de banca, y se estableció en la localidad cordobesa de Puente Genil, donde él residía y trabajaba. Tuvieron una hija, Isabel María, que se vino a Granada a estudiar Químicas. Así, cuando Manuel se jubiló, el matrimonio se mudó a vivir a casa de su hija.

«Si por algo se caracterizaba mi abuela es por ser una persona muy alegre», señala su nieto, Saúl Meral. «Sería ese salero malagueño, pero siempre estaba contenta. Jamás tuvo un enfado con nadie. No recuerdo que nunca tuviera un mal gesto conmigo, por ejemplo, aunque pasé mucho tiempo con ella de niño».

Todo el mundo quería a María José Morales. Dejaba recuerdo en todos los que la conocían. «Un buen recuerdo. Mis amigos, por ejemplo, la querían mucho. Aunque la conocieras poco tiempo, la querías y la apreciabas». Así ocurrió, por ejemplo, en el centro de día al que empezó a ir una vez enviudó, hace unos meses. «Gracias a su simpatía y a su sentido del humor, dejó huella».

María José era buena aficionada a la Semana Santa. «Sobre todo, a la de Puente Genil. A ella y a mi abuelo les gustaba mucho la procesión de los romanos».
También era avezada cocinera. Saúl recuerda especialmente sus empanadillas, cuya receta aprendió el año pasado. «De atún con tomate. A todos nos encanta el sabor de la cocina de nuestras madres y abuelas, pero esas empanadillas…».

En sus últimos meses, María José tenía alzhéimer, pero siempre recordaba los nombres de su hija, su nieto y su biznieto, también llamado Saúl, cuyo cumpleaños se celebra el 19 de marzo, el día del santo de ella. «Teníamos prevista una celebración conjunta, pero ya no puedo ser», se lamenta Saúl. «Era una de las fiestas que siempre nos gustaba celebrar a toda la familia».

Aunque últimamente le costaba comer en casa, a María José le gustaba bajar a La Golondrina, donde se le abría el apetito, iluminándose su rostro con una sonrisa, eterna e inolvidable.

Edad: 95
Lugar de nacimiento: Campanillas , MÁLAGA
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