Antonio Díaz Roldán

Antonio Díaz Roldán

Antonio Díaz Roldán nació en 1929 en La Zubia y fue trabajador del campo toda su vida. Como recuerda su hermana Carmen, con quien vivió sus últimos años en Los Ogíjares, era algo vocacional. «Amaba el campo desde niño. Con decirle que una vez le pidió a los Reyes Magos un almocafre…”

Modesto y trabajador. Así era Antonio Díaz Roldán. Como le gustaba tanto el campo, vivió muy bien de él. Lo mismo cultivaba tabaco que remolacha y otras hortalizas. En sus años mozos estuvo en Motril, recogiendo caña de azúcar.

En 1954 contrajo matrimonio con Antonia Prados Díaz. El matrimonio tuvo dos hijos: Antonio y Carmen. Con el tiempo, Antonio Díaz llegaría a tener cinco nietos y otros cinco biznietos, a los que adoraba. «El trabajo en el campo y su familia eran sus dos pasiones», recuerda Carmen.

Una de las cosas que a Antonio le gustaba recordar era su mili en Viator. «El capitán le dejó en custodia a su hijo durante un permiso y, dándole los buenos alimentos de la vega de Granada, mi padre consiguió que el chiquillo engordara siete kilos. Eso hizo que el capitán le diera más permisos para que pudiera trabajar sus campos».

Pacífico y tranquilo, a Antonio le gustaba pasear. Le encantaba celebrar los cumpleaños de todos sus nietos y biznietos, el último de ellos, hace pocos días. Además, le encantaban los dulces, ya que era un gran goloso. Aunque ya estaba afectado por el alzhéimer, encontró un momento lúcido para, desde la cama del hospital, cantarle el cumpleaños feliz a uno de los pequeñuelos.

Su gran dedicación al trabajo le llevó al reconocimiento de todo su pueblo, que le bautizó con el apodo de ‘Hierro Viejo’. Muy amigo de sus amigos, Antonio se caracterizó por su inmensa generosidad, sencillez, nobleza y humanidad. Así es como será recordado por su familia y amigos.