Marta Acosta Espinar
María Acosta Espinar nació en el año 1938 en la localidad granadina de Aldeire, donde pasó su infancia y su juventud. Allí se casó con Manuel Luque, conocido como El Cordobés, al venir de Puente Genil.
Con 24 años, el matrimonio se trasladó a la provincia de Málaga, donde se instalaron en el municipio de Arroyo de la Miel, anejo a Benalmádena. Mientras Manuel se dedicaba profesionalmente a la jardinería, María comenzó a trabajar como peluquera, un trabajo que le dejó una huella imborrable. «De hecho, así es como la siguen conociendo allí, Mari la peluquera», recuerda hoy su hija Maribel.
Tras algo más de 15 años de residir en Arroyo de la Miel, el matrimonio volvió a Aldeire con sus tres hijos. Mari siguió con la peluquería un tiempo, pero terminó por dejarlo, dado que cada vez la despoblación iba haciendo mella y había menos habitantes en el pueblo.
«Mujer alegre y festiva, cantaba muy bien el flamenco y las saetas. Estaba en el coro con nosotras y era de las que nunca fallaba», recuerda Maribel. «Siempre estaba tarareando». También era una gran cocinera. Maribel destaca sus callos y unas albóndigas con una salsa muy especial, cuyas recetas aprendió a hacer con su madre.
María Acosta era muy cariñosa con toda la gente. «Nunca le dio un sinsabor a nadie y era tan querida que, como la gente del pueblo no pudo venir al entierro, que se desarrolló en plena Semana Santa, numerosos vecinos encendieron una vela por la noche en su memoria y en su recuerdo», cuenta Maribel, emocionada.
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