Encarnación Rubio Samos

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Encarnación Rubio Samos

Encarnación Rubio Samos nació en 1931 en Lanjarón, donde sufrió la Guerra Civil y los rigores de la dura posguerra. “Años de hambre y privaciones en los que su madre les decía a sus cuatro hijos que, a la hora de comer, pusieran la mano izquierda a la espalda, para no pedir pan con el que acompañar la comida”, tal y como recuerda su nieta Ana, hablando de su Yaya.  

Excelente estudiante, a la profesora de su colegio de Lanjarón le hubiera gustado que fuera a la Universidad, pero la familia de Encarnación Rubio no tenía cómo costear sus estudios, por lo que empezó a trabajar desde muy joven. 

Encarnación se mudó a Granada y se empleó como cajera en el Café Alameda, donde conoció a Antonio Martos, que trabajaba como camarero, con el que se casaría en la Basílica de las Angustias. “Una cosa que le gustaba a Encarnación era probarse los vestidos de la tienda que había en los bajos del café: las fotografías la muestran como a una auténtica modelo”, explica Ana, a la vista de las fotos.  

En la Avenida de Dílar, junto a una señal de Stop, Encarnación y Antonio pusieron un bar al que llamaron precisamente así: Stop. Junto al Cunini, fue pionero en servir marisco, hasta el punto de que sus cubiletes de arroz con gambas se hicieron famosos en todo el Zaidín. Encarnación trabajaba en la minicocina y su marido en la barra, aunque también la ayudaba con las croquetas cuando hacía falta. 

Encarnación y Antonio tuvieron dos hijas y, con el paso del tiempo, se compraron un apartamento en Torrenueva, a donde bajaban en verano. “Cansados por lo dura que es la vida de la hostelería, alquilaron el bar y el almacén, invirtieron sabiamente los beneficios obtenidos con el Stop y siempre vivieron bien, entregados a sus nietos”, recuerda Ana.  

Se hicieron un chalé en Otura, donde figura una placa con la leyenda ‘La Casa de mis Yayos’. Encarnación ejerció como abuela con cariño, besos y paciencia. Son famosas sus lentejas, las mejor del mundo. 

Entre sus pasiones, las películas de Manolo Escobar, que tanto le gustaban. En sus últimos años, Encarnación recordaba mucho a sus amigas de infancia en Lanjarón, Paulina y Crucita, iluminándosele la cara cada vez que sus nietos iban a visitarla.

Edad: 88 años
Lugar de nacimiento: GRANADA , Lanjarón
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