Aurelia Carrillo Robles

Aurelia Carrillo Robles

Aurelia Carrillo Robles nació en 1929 en la localidad granadina de Nigüelas. Estudió en las Teresianas de Granada y, al terminar su formación, regresó al pueblo, donde sus padres tenían como negocio familiar un molino de harina y un horno.

Aurelia comenzó a trabajar con ellos y se casó con Jesús Muñoz, que también era maestro hornero. Con el paso del tiempo, ambos terminaron quedándose al frente del molino y del horno. Poco a poco, con los cambios económicos y sociales que vivió el país, el molino dejó de resultar rentable, por lo que se centraron profesionalmente en el horno.
«Es un oficio precioso», recuerda su sobrina Aurelia. «A mí me encantaba estar allí, molestando más que otra cosa, pero como no tuvieron hijos, mi hermana y yo éramos su familia más cercana».

Ha querido la fatalidad que Aurelia se marchara precisamente el día de San Marcos, una de las festividades que más le gustaba disfrutar todos los años. «Es típico de Nigüelas salir al campo y llevar los hornazos que hacían mis tíos, un bollo de aceite con dos huevos en el interior, que se cocían al hornear el pan”.

A Aurelia le gustaba ir a Granada capital, tomar café y un dulce y pasear por el Centro de la ciudad. También disfrutaba yendo de compras o al cine para ver una película y, de vez en cuando, darse lujos sencillos como comer en buenos restaurantes con su marido o hacer viajes tan especiales como aquel que realizaron a Italia.

Amante de la música, Aurelia cantaba en la coral de Nigüelas, actividad que le gustaba sobremanera. Su sobrina recuerda emocionada que el coro fue a cantarle a la residencia, cuando estaba convaleciente después de sufrir un ictus, lo que le hizo una grandísima e inolvidable ilusión.