Encarnación Quesada Fernández

Encarnación Quesada Fernández

Encarnación Quesada Fernández nació en 1937 en Pinos Puente y, siendo muy niña, su familia se mudó a Granada. Vivió en el barrio San Lázaro, Jun y la calle Joaquina Eguaras. En palabras de su hijo Manuel, «fue hija de la posguerra y, por tanto, dura como ella sola». Se crió con sus abuelos y comenzó a trabajar desde muy jovencita. Le gustaba coser y a eso se dedicó profesionalmente, sin haber tenido ocasión de formarse en la escuela.

En 1961 contrajo matrimonio con Manuel Ramón y tuvo tres hijos: Manuel, Isabel y José Antonio. Mujer muy familiar y excelente cocinera, a Encarnación le encantaba juntar a su familia en torno a la mesa. Había aprendido a cocinar con su abuela y era una maestra de los buenos pucheros. Le dedicaba a la cocina tiempo y cariño.

Manuel se lamenta por no haber recopilado el recetario familiar y destaca las cualidades de su madre como repostera: los roscos, los buñuelos y sobre todo, sus torticas con chocolate. A Encarnación también le salían de lujo los fideos y un guiso de Semana Santa con bacalao y gambas que le gustaba experimentar.

Una vez jubilada, se entretenía en hacer vida social con sus amigas. Era asidua del centro cívico, donde por fin pudo aprender a leer y a escribir y, a pesar de su edad, se apuntó a tai chi, una disciplina que le encantaba.

Como la mayor de cinco hermanas, Encarnación tenía carácter. Su empeño fue que sus hijos salieran rectos y les dio todo lo que pudo y más. Le encantaba celebrar su cumpleaños, pero no necesitaba una ocasión especial para organizar una buena reunión familiar en la que todos se encontraran bien y a gusto.