María Robledo Cejudo

María Robledo Cejudo

María Robledo Cejudo nació en diciembre de 1932 en Güejar Sierra y con un año de edad su familia se trasladó a Granada. Era muy inteligente. Su madre la llevó al colegio y terminó sus estudios básicos, pero las circunstancias de la época la obligaron a trabajar desde pequeña. «Si hubiera podido estudiar le habría gustado ser periodista», recuerda su hija María José.

María se quedó huérfana de padre a los dos años. Su madre Antonia se mostró como una mujer fuerte y decidida, imprimiéndole carácter. La ayudó en su trabajo en un puesto de venta de alimentos en la calle San Matías y después empezó a coser, tarea que le apasionaba.

Posteriormente, comenzó a bordar en su casa, con una máquina de coser, hasta que, con 40 años, aprobó unas oposiciones al SAS como costurera, trabajando en el ambulatorio del Zaidín. En 1994 sufrió un accidente en el trabajo y le dieron la incapacidad.

Se casó con José Robledillo Maldonado en 1960. Tuvieron dos hijas, María de los Ángeles y María José. Y una nieta, María de los Ángeles. «Era su locura». «Disfrutaba hasta con lo más insignificante, disfrutaba de la vida y, sobre todo, disfrutaba viendo a la gente feliz».

Lectora contumaz, María Robledo tuvo uno de los primeros Kindle, porque no daban abasto en casa para almacenar libros convencionales. Le fundió la batería y hubo que comprar una versión más moderna. «Se rompió la cadera y hacía rehabilitación. El fisio la felicitó, dado que hasta allí se llevaba el libro electrónico», recuerda María. Y es que, aunque era tradicional en muchas cosas, se adaptaba a la modernidad.

Persona muy familiar, en un sentido amplio, porque todo el mundo era su familia, María celebraba el estar viva. «Porque ella era vida. Y así la recuerdo, tal y como era antes de que el alzhéimer empezara a ocultarla. Viva, fuerte y generosa como nadie», la recordará su hija para siempre.