María Vinuesa Morales

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María Vinuesa Morales

María Vinuesa Morales nació en Salar en 1927. Pasó su infancia en el cortijo familiar, a donde se desplazaba un profesor para enseñarle a leer, escribir y comenzar a formarse hasta que se trasladaron a Huétor Tájar, donde continúa viviendo parte de su familia.

María, de carácter inquieto, se casó a los 25 años y tuvo la suerte de celebrar doblemente su boda. «Por la mañana, contrajo nupcias en Huétor Tájar y, por la tarde, se desplazó con su marido a Loja, de donde era natural, para celebrar una segunda ceremonia nupcial», recuerda su hijo Antonio.

La principal inquietud de María fue que sus tres hijos se labraran un futuro y estudiaran en la Universidad. Durante unos años, la familia se mudó a un pueblo de Almería, ya que el padre trabajaba en Renfe. Posteriormente, vinieron a Granada, donde fijaron su residencia definitiva.

Cuando llegaron los nietos, María se entregó a ellos en cuerpo y alma. «Eran famosas sus comidas, que a casa de la abuela no se iba a tomar unas tapillas. Se iba a comer, comer. Por ejemplo, su memorable guisaíllo de patatas. O el arroz con leche, el mejor de los mejores». La abuela María se deshacía de tal manera por sus nietos que, «cuando alguno caía enfermo, no había mejor medicina que mandarlo una semana a casa de la abuela», explica Antonio con cariño.

Al enviudar, María Vinuesa se animó a continuar con su formación y se apuntó a una escuela de adultos, algo que le cambió la vida. Se convirtió en una alumna constante que no faltaba a clase bajo ninguna circunstancia. Se lo pasaba bomba y no perdonaba ni un solo día de clase.

Y fue en estos años cuando descubrió una nueva faceta que había estado oculta y que las clases sacaron a relucir: la literaria. Entregada a la escritura y a la poesía, se convirtió en una gran recitadora, para disfrute de su familia y amigos.

«Además, mantenía discusiones filosóficas con sus maestros. Conversaciones de altura, en absoluto banales o intrascendentes», como Antonio ha tenido ocasión de saber al hablar con sus profesores. Y así es como la recordarán sus hijos y nietos: vitalista, alegre, inquieta y siempre con ganas de aprender.

Edad: 92
Lugar de nacimiento: GRANADA , Salar
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